NOTA INTERESANTE SOBRE OBESIDAD INFANTIL

OBESIDAD Y DIABETES INFANTIL. ESTUDIO ENKID

Al hablar del aumento de incidencia de diabetes y obesidad, fenómeno que alcanza niveles de epidemia a nivel mundial, también merece una especial mención el cómo se ha reflejado esta tendencia en la población infanto-juvenil.
La obesidad afecta al 16,1% de los niños españoles entre 6 y 12 años

En esta época de la vida los cambios en el estilo de vida han sido todavía más bruscos que en el resto de la población. Los niños que hasta hace poco jugaban y corrían en los parques o en las áreas deportivas, pasan horas sentados delante del televisor, del ordenador o de la videoconsola. Al mismo tiempo, la dieta se ha hecho más rica en grasa saturada y calorías y más pobre en fibra. La famosa dieta mediterránea brilla por su ausencia y las preferencias de los niños se decantan claramente hacia la “comida basura”.

La obesidad infantil está produciendo unos resultados que hace muy poco hubiéramos considerado como sorprendentes. De los dos tipos fundamentales de diabetes la tipo 2 (la más frecuente, que incluye al 90 % del total) es la que se asocia con la obesidad (el 85 % son obesos). Antes era sinónimo de “diabetes del adulto”, ya que para agotar la reserva de insulina del páncreas el exceso de peso debe ser importante y duradero.

Sin embargo, las estadísticas de los últimos años nos dicen que entre el 20 y 30 % de las diabetes que se presentan en niños y jóvenes son tipo 2.

España es uno de los países más afectados por esta situación, de modo que nuestros escolares no van a la zaga de los estadounidenses, que siempre se han puesto como ejemplo (negativo, en este caso) de lo que sucede en las sociedades occidentales. Posiblemente el mejor estudio sobre este tema es el enkid, realizado en nuestro país entre 1998 y 2000 en 3500 niños y jóvenes de toda España de entre 2 y 24 años de edad, coordinado por el doctor Aranceta, de Bilbao. En él se recogían parámetros antropométricos como el índice de masa corporal (IMC) o el cociente cintura/cadera, así como encuestas nutricionales. Se consideraba como obeso al que superaba el percentil 97 y con sobrepeso a la población comprendida entre los percentiles 85 y 97 de las tablas de referencia. El 13,9 % resultó tener obesidad (en lugar del 3 % esperado) y el 12,4 % sobrepeso. En conjunto, el 26,3 % superaban el percentil 85, contra el 15 % esperado.
De entre los datos de la encuesta, podemos citar algunos detalles significativos. Lógicamente, los que consumían más grasas (más del 40 % de las calorías totales) o más repostería, embutidos o bebidas azucaradas tenían más obesidad, pero había otros datos así mismo dignos de ser mencionados. El 8,2 % iba al colegio sin desayunar y entre estos escolares el porcentaje de obesos era mayor. La vida sedentaria guardaba una relación directísima con la obesidad.
El nivel cultural de los padres, especialmente de la madre y sobre todo por debajo de los 10 años, guardaba una correlación negativa (a menor índice cultural mayor porcentaje de obesidad).

Otros estudios recientes en nuestro país, como los realizados en los últimos 3 años en Cuenca, Galicia, Zaragoza y Almería, han encontrado unos IMC similares a los del enkid y muy parecidos a los que se dan en Estados Unidos. Pensamos que la situación reviste una gravedad suficiente como para que políticos, educadores y padres emprendan campañas y adopten actitudes tendentes a cambiar los hábitos nutricionales y de estilo de vida de niños y jóvenes.